Conflictos de pareja
"La paz no puede mantenerse por la fuerza; sólo se puede lograr mediante la comprensión" (Albert Einstein)
Cuando pensamos en la vida de la pareja, sobre todo al principio de una historia, lo que viene a la mente es la imagen idílica del amor romántico, hecho a partir de dos medias naranjas que se han completado. La idea es que cuando se encuentra la "persona correcta" eso es todo, y que no se necesita más esfuerzo, ya que para entenderse no hace falta siquiera hablar. Luego, misteriosamente, llega un momento en el que la magia termina. ¿Por qué?
El amor romántico es el que idealiza y que difícilmente coincide con una persona concreta. Hay varios mitos que acompañan el amor romántico ("el amor lo puede todo", "el amor requiere entrega total", "sólo puede existir un amor verdadero en la vida"), pero la verdad es que una relación necesita mucho más que cariño. Una relación de pareja sana requiere interrogarse sobre el respeto, la sinceridad, la comprensión, la aceptación del otro, la empatía y la sensibilidad.
Una pareja funciona y se mantiene cuando persiste una relación satisfactoria entre los miembros que la integran, cuando ambos sienten proteger y estar protegidos, cuando ambos sienten que están creciendo y evolucionando gracias a la interacción, y cuando la relación proporciona a ambos una gratificación y una motivación para formar dicho vínculo.
Cuando
una pareja decide acudir a un terapeuta, lo hace buscando ayuda, ya
que las dificultades que han surgido en la relación se transforman en sufrimiento
por las dos partes, por ejemplo porque una de las dos partes tenía una idea
diferente de la relación, o porque tenía expectativas que no considera cumplidas.